El calor aprieta, los termómetros registran temperaturas insólitas respecto al resto del año y la ciudad se queda vacía. Madrid permanece en standby, como si cada año al llegar estas fechas, la ciudad se quedara congelada hasta el día uno de septiembre, fecha en la que todo vuelve a la normalidad. Agosto es sinónimo de silencio. Pero que bello es el silencio de las calles de Madrid. Hoy en ShMadrid os hablamos de el cerro del Tío Pío.
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Descubre el cerro del Tío Pío
Foto de horitzons inesperats vía Foter.com (VisualHunt)
Las avenidas están desiertas, los pocos viandantes caminan tranquilos bajo la luz del sol, el ruido de los coches parece haberse esfumado y hasta encontrar alojamiento en Madrid es relativamente sencillo aunque se busque de hoy para mañana. De hecho, podríamos decir que es la época perfecta para el turista interesado en visitar Madrid, pues a diferencia del resto de destinos de sol y playa, alquilar un apartamento en Madrid, una habitación de hotel o irse a un hostal resulta casi más económico que el resto del año pese a encontrarnos en temporada alta. El verano en la capital es tórrido, pero tiene su encanto, por ejemplo descubrir alguno de los sitios recónditos de la ciudad y respirar el aire puro de Madrid. Y para ello hay que alejarse un poco del bullicio del centro de Madrid y desplazarnos por ejemplo hasta Vallecas, al llamado Cerro del Tío Pío.
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La sensación de tener la capital a los pies acoge al visitante al llegar a este magnífico lugar. De hecho, podríamos decir que El cerro del Tío Pío es de parada obligatoria para todo aquel que esté interesado en capturar las mejores vistas de Madrid. Este parque vallecano es conocido como las ‘siete tetas’ por la forma que tienen los siete montículos o las siete colinas (cerros) que presenta. Sin duda es una alternativa distinta para estas noches de verano en las que el buen tiempo acompaña y relajarse al aire libre se convierte en un placer al que uno pronto se acostumbra.
Foto vía VisualHunt
Desde el sitio se pueden obtener unas vistas panorámicas de Madrid, una mirada casi imposible de obtener de cualquier otro sitio, propiciada por la orografía del lugar. Un espacio verde, en el que contemplar el mejor de los atardeceres madrileños, desde la zona sur de Villaverde hasta los rascacielos del norte de la Castellana. Desde el lugar se puede ver todo a escala, coches, trenes, casas, como si pudiésemos coger la ciudad y tenerla en la palma de nuestra mano. Pero no solo vistas tiene este peculiar lugar, también es una magnífica zona para ir en bicicleta pues la zona tiene contiene un carril bici, un mirador, un bar y una zona de juegos para niños, además de grandes extensiones de césped y arbolado. Como decía Carlos Arniches en Rositas de olor: “El cielo azul, la sierra blanca, el sol de oro.. ¡Un día madrileño puro!”
¿Has visitado el cerro del Tío Pío? ¿Qué te ha parecido?
