La vida después de la muerte, el cielo y Dios son grandes enigmas para la sociedad que no han logrado ser resueltos hasta la fecha. Las distintas creencias religiosas y espirituales han intentado dar una explicación a cuestiones tan trascendentales como estas y el cristianismo, la doctrina más seguida en España, no es una excepción. El calendario español está plagado de fiestas tradicionales de origen religioso que forman parte de la cultura e idiosincrasia del pueblo español. El Día de Todos los Santos es una muestra de ello, una fiesta que conmemora la vida eterna de todos los fallecidos que han pasado por el purgatorio. Hoy, en ShMadrid os hablamos de esta solemne festividad.
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El día en que se recuerdan los familiares fallecidos
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El Día de Todos los Santos se celebra el 1 de noviembre y tiene que ver con la vida eterna que los difuntos tienen una vez han pasado por el purgatorio. Según la religión cristiana, los fallecidos pasan primero una fase de purga de los pecados y, posteriormente, se santifican y se incorporan a la vida eterna, o lo que comúnmente se conoce como estar en el cielo, junto a Dios, de ahí el Día de Todos los Santos. Lo habitual es que se honren a los muertos visitando los cementerios, limpiando nichos y tumbas, depositando flores y orando o manteniendo conversaciones con ellos.
Para comer no existe ningún plato característico, exceptuando la repostería que dispone de un marcado sentido funerario con los huesos de santo, que, a pesar de lo siniestro del nombre, son una de las especialidades más dulces de nuestra repostería. Se trata de mazapán relleno de yema de huevo al que se le da una forma cilíndrica, similar a un hueso. También se puede rellenar de crema o chocolate, e incluso otras variedades más vanguardistas. Otros clásicos de estas fechas son los buñuelos de viento, en los que se crea una masa con harina, mantequilla, levadura, agua, sal, azúcar y huevos y se fríe en aceite de oliva. Se consigue una masa esponjosa que se rebozará con azúcar.
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Otra tradición que se relaciona con el Día de Todos los Santos es la representación de la obra Don Juan Tenorio, en cuya escena más célebre, que transcurre en un cementerio, se producen apariciones de difuntos. Por último, es habitual comer castañas y boniatos, productos de temporada extremadamente calóricos que ayudan a soportar mejor el rigor de un tiempo más desapacible. Las primeras se suelen comer asadas, solas o con leche o miel. Los boniatos pueden degustarse también asados junto con las castañas, aunque también pueden sustituir o acompañar a las patatas en guarniciones de carnes rojas o de caza. Estas son las tradiciones que los madrileños suelen llevar a cabo el Día de Todos los Santos en la Capital, aunque todas ellas se comparten con gran parte del territorio español.
¿Qué te parecen las tradiciones más importantes del Día de Todos los Santos? ¿Nos dejamos alguna importante en la capital?
