El real decreto de la vivienda fue aprobado no hace mucho por el Gobierno. En él se regulaban los incrementos de las rentas, se añadían ciertas garantías y alargaba el plazo de los contratos de alquiler de tres a cinco años, incluso a siete en caso de personas jurídicas.
Por esa razón, algunos propietarios decidieron pasarse al mercado de alquiler a corta estancia. Ahora bien, ¿realmente merece la pena o es preferible ofrecer el servicio de alquiler tradicional?
Hoy, en este artículo de ShMadrid os hablamos de los alquileres de larga estancia en la capital.
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Cosas que no sabías sobre el alquiler de larga estancia en Madrid
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El Plan Especial de Hospedaje ha hecho que las cosas cambien mucho. Los alojamientos turísticos cuentan con algunas limitaciones y, para los propietarios, el alquiler de corta estancia ya no resulta tan interesante como antes.
Este plan establece una limitación de 90 días al año para poder alquilar una vivienda con propósito turístico sin necesidad de presentar permiso alguno. Ahora bien, al cumplir ese plazo, el propietario estará obligado a obtener una licencia de hospedaje. Esa es la razón por la que muchos han vuelto al alquiler residencial, obviando el turístico.
En realidad, si calculamos la rentabilidad de ambos alquileres, la modalidad residencial sale mucho mejor a pesar de que el precio por corta estancia es más elevado. Que el beneficio baje en este caso se debe a los gastos de la agencia a los que el propietario debe hacer frente (normalmente un 20% de la renta total que el piso genere al año) y al coste fiscal resultante. Y es que más de la mitad de las rentas de los alquileres de larga estancia están exentas de tributar IRPF.
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Si hacemos el cálculo en años, la rentabilidad de los alquileres residenciales es mayor, puesto que el propietario no tiene que pagar la comisión de la agencia y su beneficio aumenta. Además, en los alquileres de larga estancia existen menos preocupaciones, pues por regla general el inquilino suele quedarse más de un año.
De esa forma, el propietario cuenta con mayor seguridad al recibir ingresos continuados durante un periodo de tiempo más prolongado. Por el contrario, en el caso de los alquileres turísticos, el riesgo de no generar beneficios es mucho mayor. Asimismo, el arrendador ahorrará dinero en reparaciones y gastos de manutención y limpieza.
Por otro lado, dado los altos precios de la vivienda en Madrid, mucha gente ha optado por vivir de alquiler al ser conscientes de que meterse en una hipoteca es un error que les puede costar muy caro. Así, los propietarios se aseguran una estabilidad que en algunos casos puede durar toda la vida del inquilino.
Los españoles solemos meternos en una hipoteca porque pensamos que alquilar un vivienda es tirar el dinero. Sin embargo, muchas personas deciden alquilar pisos de larga estancia en Madrid por muchas razones: estudiantes que necesitan permanecer los años que dure su carrera, personas que acceden a un nuevo trabajo en la ciudad o inquilinos que no pueden hacer frente a una hipoteca al carecer de ingresos suficientes.
¿Eres de alquiler de larga estancia o prefieres comprar?
